Os dejo unos ejemplos del año pasado para la actividad de redacción sobre los cuentos tradicionales. Espero vuestras propuestas en el correo del blog.
El cuento de la Sirenita contado por la bruja
Yo vivía en mi cueva tranquila y en paz .Un día esa pequeña sirena con desespero vino a pedirme un favor-Venía con un cangrejo al que llamaba Sebastián y un pececito muy miedoso. Yo podía darle lo que quería pero eso tenía un precio. Sólo le pedí su voz. Era tan dulce, tan bonita que la quería para mi. Una cosa por otra. Hice el hechizo que la daría dos piernas y ella me dio su linda voz. En cuanto el hechizo finalizó ella fue a la superficie y yo continué tranquila en mi cueva.
De la aquella sirena no supe nada hasta que un extraño día me llegaron rumores de que Úrsula, la bruja del oceano, había engañado a la pobre Ariel dejándola sin voz y haciendo que no pudiera ver a su familia. El pequeño cangrejo que la acompañaba soltó el falso rumor de que yo le había arrebatado su voz y la había echado un maleficio. Enfadada fui a pedir explicaciones pero todos creyeron que lo que quería era el trono de Tritón, padre de aquella sirena, pero eso era totalmente falso. No contentos con eso me acusaron de arrebatar el alma a mis clientes. Ya no espero las explicaciones solo la venganza por haber destruido mi poder
Lucía Fernández 3ºA 2010-2011
El cuento de los 7 cabritillos contado por el lobo.
Una mañana, el lobo paseaba por el bosque, cerca de la casita donde vivían 7 cabritillos, y su madre. Miró por la ventana y vio como la madre se despedía de cada uno de ellos, ya que tenía que ir al mercado a por leche. Y que ellos no tenían que abrir la puerta a nadie, a ningún desconocido, ya que en ese caso, corrían peligro, ya que en el bosque vivía un malvado y feroz lobo. El lobo, enfadado por lo que había dicho la madre a sus hijitos, quiso demostrarle que no era malo, que era bueno y amable.
Entonces, cuando la madre salió, y cerró la puerta, el lobo decidió cuidar de los cabritillos, mientras la madre no estaba, ya que eran muy traviesos, y podían hacer alguna de sus travesuras que tanto odiaba la madre.
Llamó a la puerta de la cabaña, y oyó una vocecilla que decía:
- - ¿Quién es?
A lo que el lobo con una voz muy suave contestó:
- -Soy vuestra madre, que ya regresó del mercado.
El cabritillo, asustado, miró por debajo de la puerta y vio los pies negros del lobo y dijo:
- -¿Porque tienes los pies tan negros? Mi mamá los tiene blancos como la sal.
El lobo rápidamente cogió un saco de harina y cogió un puñado y se lo puso en los pies.
Así con las astucias y el ingenio consiguió engañar a los cabritillos y entrar en la cabaña, pero él lo hacía por su bien, para cuidarlos de los animales feroces que había en el bosque.
Entró en la cabaña, y los vio a todos correteando de un lado a otro. Éstos al ver al lobo empezaron a correr más y a gritar más. El lobo intentaba tranquilizarlos metiéndolos en un saco para que estuvieran quietecitos.
La madre, al volver del mercado, vio a un lobo en su cabaña metiendo a sus hijitos en un saco para llevárselos. El lobo, intentó explicárselo a la madre, pero ésta sin hacerle caso, cogió unas tijeras y empezó a sacar uno por uno a sus hijitos del saco. El lobo, como no tuvo otra opción, huyó. Y no pudo nunca demostrar su inocencia.
Liliya Leshchyshckack 3ºA 2010-2011