Las últimas memorias que nos llegan a la redacción de Más que tizas son la de un Seat a la espera de dueño.
Memorias de un Seat
Estuve entre tantos coches de un concesionario…Los clientes me observaban minuciosamente y tenían la sensación de satisfacción porque mi estado era muy bueno.
Una tarde muy calurosa alguien vino y me compró, estuvo tan contento que me decoró con pegatinas muy bonitas.
Al día siguiente, me llevaron a pasear por el centro de Madrid y le causé mucha impresión a todo aquel que me veía, me aparcaron a lado de un BMW.Cuando salió se chocó conmigo y quedé mal por la parte trasera, me llevaron al taller, me repararon, pero no quedé como estaba al principio.
Mi dueño me vendió a una tienda de segunda mano y allí espero a alguien que me necesite y me quiera.
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