martes, 25 de febrero de 2014

SOY ESCRITOR: MICRORRELATOS


     Aquí tenemos la nueva actividad de nuestro "Soy escritor". Os la presento:

a) ¿Qué tengo que hacer?   Un microrrelato

b) ¿Qué es un microrrelato?

     El microrrelato es una construcción literaria narrativa distinta de la novela o el cuento. Es la denominación más usada para un conjunto de obras diversas cuya principal característica es la brevedad de su contenido. El microrrelato también es llamado microcuento. Esta narración debe ser breve, precisa y de una gran intensidad expresiva. 

c) Tema:  visión del mundo futuro que os tocará vivir

     En sus microrrelatos los alumn@s podrán:

  • Imaginar que será el mundo real en el que tendrán que vivir como adultos.
  • Soñar cómo sería el mundo ideal que les gustaría vivir
  • Pedir a los diferentes presidentes y/o personas poderosas que velen por un mundo más justo y sostenible.
  • Quizá, Santa Claus o los Reyes Magos puedan traer un mundo mejor
  • Imaginar que son adultos y están hablando a sus hij@s sobre el mundo cuando eran adolescentes y lo que pasó para llegar a la situación
  • Etc


d) Número de palabras: 100 máximo sin contar el título
                                   Además habrá que añadir un dibujo que dé significado al microrrelato o                                        ilustre mejor su contenido.

e) Fecha de entrega: miércoles, 5 marzo





Aquí tenéis algunos de los microrrelatos más famosos para que os sirvan de ejemplo.


EL HOMBRE INVISIBLE

Aquel hombre era invisible, pero nadie se percató de ello.

Gabriel Jiménez Emán


CRUCE

Cruzaba la calle cuando comprendió que no le importaba llegar al otro lado.

Arturo Pérez Reverte



EL ESPEJO CHINO

Un campesino chino se fue a la ciudad para vender la cosecha de arroz y su mujer le pidió que no se olvidase de traerle un peine.

Después de vender su arroz en la ciudad, el campesino se reunió con unos compañeros, y bebieron y lo celebraron largamente. Después, un poco confuso, en el momento de regresar, se acordó de que su mujer le había pedido algo, pero ¿qué era? No lo podía recordar. Entonces compró en una tienda para mujeres lo primero que le llamó la atención: un espejo. Y regresó al pueblo.

Entregó el regalo a su mujer y se marchó a trabajar sus campos. La mujer se miró en el espejo y comenzó a llorar desconsoladamente. La madre le preguntó la razón de aquellas lágrimas.

La mujer le dio el espejo y le dijo:

-Mi marido ha traído a otra mujer, joven y hermosa.

La madre cogió el espejo, lo miró y le dijo a su hija:

-No tienes de qué preocuparte, es una vieja.

Anónimo



EL POZO
Mi hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía cinco años.

Fue una de esas tragedias familiares que sólo alivian el tiempo y la circunstancia de la familia numerosa.

Veinte años después mi hermano Eloy sacaba agua un día de aquel pozo al que nadie jamás había vuelto a asomarse.

En el caldero descubrió una pequeña botella con un papel en el interior.

"Este es un mundo como otro cualquiera", decía el mensaje.

Luis Mateo Díez


EL DRAMA DEL DESENCANTADO

...el drama del desencantado que se arrojó a la calle desde el décimo piso, y a medida que caía iba viendo a través de las ventanas la intimidad de sus vecinos, las pequeñas tragedias domésticas, los amores furtivos, los breves instantes de felicidad, cuyas noticias no habían llegado nunca hasta la escalera común, de modo que en el instante de reventarse contra el pavimento de la calle había cambiado por completo su concepción del mundo, y había llegado a la conclusión de que aquella vida que abandonaba para siempre por la puerta falsa valía la pena de ser vivida.

Gabriel García Márquez



NO DEBERÍA HABER TELÉFONOS EN EL HOGAR DE UN MINERO
Marisa no tuvo que levantar el auricular para saber lo que le iban a decir al otro lado del hilo telefónico: eran las cuatro menos diez de la madrugada y Jaime estaba en el pozu... pero lo levantó. —Marisa, oye mira que soy Serafín, ¿tas bien?, vete a buscar a la mi muyer, nun tes sola, ye que mira... Marisa oye dime algo... Marisa colgó el teléfono sin decir nada, arropó a Jacobo que dormía en la cuna y comenzó a llorar. Al poco, sonó el timbre. Eran las vecinas. Ellas tampoco dijeron nada.

Aitana Castaño




MÚSICA

Las dos hijas del Gran Compositor -seis y siete años- estaban acostumbradas al silencio. En la casa no debía oírse ni un ruido, porque papá trabajaba. Andaban de puntillas, en zapatillas, y sólo a ráfagas, el silencio se rompía con las notas del piano de papá.

Y otra vez silencio.

Un día, la puerta del estudio quedó mal cerrada, y la más pequeña de las niñas se acercó sigilosamente a la rendija; pudo ver cómo papá, a ratos, se inclinaba sobre un papel, y anotaba lago.

La niña más pequeña corrió entonces en busca de su hermana mayor. Y gritó, gritó por primera vez en tanto silencio:

-¡La música de papá, no te la creas...! ¡Se la inventa!


Ana María Matute

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